La pavita de tierra
–¿Y qué me dice, mano Juan, de la Pavita de Tierra?
¿Qué le ha pasado que ya no sale?
—Sabe que toavía se oye, a vece, aunque ya aquí en er pueblo no creen en esaj cosa. Y también se oyen, de tiempo en tiempo,er chivato y er chivito, manque usté no lo crea —respondió mano Juan.
Este era un viejo amigo, de La Miel, que había bajado de lamontaña para los días santos, y a quien no había visto hacia mucho tiempo. Cuando yo era niño había estado allá en su rancho solitario en la cumbre de una loma que llamaban El Coro, y por las noches, antes de dormir, me «echaba» cuentos de tigres, de brujas, de aparecidos y de espíritus malos…
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