viernes, 5 de abril de 2013

El Lobisón


El Lobisón


Existen infinidad de leyendas en las que el hombre experimenta una metamorfosis (cambio de forma) para convertirse en animal; la del lobisón o Lobisome es una de esas tantas leyendas. Es de origen europeo, en Francia se lo conoce como Loup-garou.

“El ser lobisome es condición fatal del séptimo hijo varón seguido, y si es la séptima hija mujer seguida será, en vez, bruja. El séptimo varón sufre una transformación en un animal parecido al perro y al cerdo; es peludo, posee largas orejas que le cubren el rostro y producen un sonido extraño. Si el hombre es de tez clara, el lobisón será gris, pero si es de tez oscura entonces el animal será negro.

Los días viernes a las 12 de la noche se produce la metamorfosis. El lobisón sale a buscar alimento, va a los gallineros y estercoleros donde come desechos y excrementos de toda clase; aunque también devora a los nichos aun no bautizados.
Los perros lo atacan, pero no pueden hacerle nada porque el lobisón los espanta con el ruido que sale de sus enormes orejas.
Si alguien se cruza con él, debe matarlo, ya que si solo lo hiere, corre peligro de muerte. El lobisón mutara en ser humano al ser herido, perdiendo el encantamiento y agradeciendo a su benefactor, pero intentara matarlo a pesar de haber recibido su “ayuda”.

Estos hombres se caracterizan por poseer un aspecto no muy agradable; son altos, delgados, de rostro amarillento y sufren dolencias estomacales, a raíz de todo lo que ingieren cuando los viernes por la noche salen “de paseo”.
Dicen que solo muere si se le dispara con balas de plata bendecidas… y que tal vez pueda “curarse” si se lo bautiza en siete iglesias diferentes… se lo golpea con una alpargata.


En las pequeñas poblaciones, cuando una persona es rechazada socialmente, se le endilga la maldición de ser Lobisón. Esto es causa de marginación sin vueltas. Las incontables historias acerca de este ser maldito, dicen por ejemplo que al momento de transformarse, el hombre siente fuertes dolores de estómago, comienza a revolcarse dando siete vueltas al derecho y siete vueltas al revés. Mientras va girando sobre su cuerpo reza de ida 7 credos al derecho y al volver 7 credos al revés. Luego sale a atacar, primero a sus enemigos y luego al que encuentra.

La reacción de los pobladores ha sido tan violenta en el pasado, que llegó a lincharse a personas inocentes. Para frenar esa paranoia, en nuestro país se estableció el padrinazgo presidencial de todo séptimo hijo.

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