jueves, 4 de abril de 2013

EL CRISTO DE LAS ESQUÍPULAS DE ANTON


EL CRISTO DE LAS ESQUÍPULAS DE ANTON
 
La leyenda 
De generación en generación, dos leyendas se han contado para explicar el origen de la llegada de la imagen del Cristo a Antón.
Una de ella es la que cuenta el historiador antonero Armando Del Rosario De León, en un artículo publicado en la Revista Lotería, del mes de febrero de 1997. Relata que la primera leyenda se remonta a la época de la colonia española.
Se necesitaba una imagen de un Cristo para la ermita y, sin avisar, llegó al pueblo “un hombre patriarcal y misterioso”, quien se ofreció a esculpir en fina madera al Cristo Crucificado.
El hombre se encerró en una casa que utilizó como taller y no se le volvió a ver más. Solo se escuchaban los ruidos que producía el extraño visitante, a quien los vecinos le dejaban comida, introduciéndola a través de una ventana.
Al cabo de algunos días, notando que los ruidos habían cesado, los lugareños decidieron abrir la puerta del improvisado taller y se encontraron con que el hombre había desaparecido, la comida estaba intacta, pero la maravillosa imagen de un Cristo estaba allí.
 
Los milagros 
Lo cierto es que los antoneros y las miles de personas que veneran al Santo Cristo de Esquipulas le atribuyen infinidades de milagros.
Reflejo de ellos son las innumerables y diminutas figuritas de plata y oro con formas de pies o manos o los llamados “milagros” que adornan la imagen del Santo.
La propia educadora Garagate es testigo de un milagro atribuido al Cristo, pues, según cuenta, se salvó de una operación en uno de sus senos para extirparle un quiste.
La mamá y la abuela de Garagate le ofrecieron una manda a cambio de que la librara de la operación y cuando entró al salón de operaciones, la educadora sintió que algo caliente la bajaba por el seno y como por arte de magia el quiste se desvaneció. Los médicos la examinaron y concluyeron que no había que operarla.
Otro testimonio de fe observado, fue el de un joven condenado a prisión equivocadamente, pues no había cometido delito alguno.
Luego de implorar al Cristo de Esquipulas de Antón, el joven fue liberado y en señal de agradecimiento se le vio caminando de rodillas un 15 de enero, desde la entrada de Antón hasta la iglesia.
Ayer se vivió, entre muchos otros, un testimonio de fe. A lo largo de la vía Panamericana un hombre y una mujer caminaban rumbo a la iglesia de Antón. La mujer le prometió al Cristo que caminaría de Penonomé a Antón, si permitía que su hermana diera a luz antes del 15 de enero y que todo saliera bien. El 3 de enero la muchacha alumbró sin complicaciones, por lo que la hermana cumplió su promesa.

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